Más preguntas frecuentes

¿Cómo afecta la meditación a la vida diaria?

No es suficiente decir que uno centra su atención en la respiración y se siente más relajado. Si la meditación se centrara en aliviar la tensión, podríamos olvidarnos de comprender la propia mente y simplemente ir a que nos den un buen masaje. En cambio es crucial reflexionar sobre las implicaciones de dirigir la mente fuera de cualquier pensamiento que surja en la cabeza. Esto es lo que hacemos en la práctica de la meditación: guiarnos suavemente para observar los pensamientos y las emociones desde una perspectiva más amplia que nunca. Usamos la tendencia natural que llamamos meditación para regresar una y otra vez a una visión más abierta de la experiencia en vez de la costumbre habitual de regresar constantemente a una visión más pequeña. Cuando meditamos reconocemos que estamos pensando pero no intentamos seguir los pensamientos. En cambio volvemos a poner la atención en la sensación de la respiración entrando y saliendo. Reconocemos que nos ha atrapado un pensamiento o una fantasía y volvemos a poner la atención en la respiración. Eso es la meditación: volver a poner la atención en el objeto. En cuanto podemos reconocer llanamente la condición en la que estamos, es natural decir que uno no quiere dejarse llevar por la corriente de condiciones sino ser capaz de sentirse contento incluso cuando las cosas no funcionan exactamente como uno quiere. Estabilizar y fortalecer la mente con una práctica de meditación periódica ayuda a lograr esto.

~ Extracto de “Mirar con amplitud” de Sákyong Mipham Rimpoché.

 ¿Qué debo hacer cuando aparecen pensamientos en la meditación?

La meditación no consiste realmente en librarse de los pensamientos sino en cambiar el hábito de aferrarse a las cosas que son los pensamientos en la experiencia cotidiana. Los pensamientos están bien si se ven como algo transparente pero solemos quedar atrapados en juzgar si el pensamiento es bueno o malo, a favor o en contra, sí o no, necesariode esta manera o de la otra. Incluso eso puede estar bien excepto cuando viene acompañado de emociones muy fuertes. Al aferrarnos a los pensamientos cada vez quedamos más atrapados, más enganchados. Todos y cada uno de nosotros. Es como si uno tiene un espacio amplio e ilimitado de apertura completa, libertad total y liberación plena, y la costumbre de la raza humana es siempre aferrarse a las partes pequeñas, por puro miedo. Y eso se llama ego y el ego es aferrarse al contenido de los pensamientos. Eso también es la raíz del sufrimiento porque hay algo al concretarlo mucho que nos causa mucho dolor, porque ahí estamos siempre relacionados con el quiero o no quiero. Siempre estamos batallando con otra gente, con las situaciones, incluso con nuestro propio ser. Eso se llama tensión (stress).
Cuando Trungpa Rimpoché llegó a Occidente y estuvo enseñando al principio en Vermont (EE.UU.), en lo que entonces se llamaba “La cola del tigre” y ahora es Karmê Chöling, solía decir a sus estudiantes: “Sólo tienen que sentarse y dejar la mente abierta y descansada: quédense completamente abiertos con una mente abierta y cuando se distraigan y se encuentren pensando (es decir, cuando ya no estén presentes en el momento sino pensando en otra cosa) sólo tienen que volver a dejar que la mente descanse en un estado abierto.

~ Chögyam Trungpa Rimpoché

¿Es importante tener una práctica diaria de meditación?

El tiempo de práctica personal no tiene que durar horas y horas. Diez minutos está bien y media hora es excelente. Lo importante es que haya un período diario en el que practiquemos despertando al hecho de estar vivos y respirando, al hecho de ser seres vivos capaces de desarrollar las características de la iluminación. La práctica de la meditación es la base de la cordura, de la felicidad, es la base de las relaciones sólidas y fructíferas con los amigos y la familia que se beneficiarán a su vez de nuestro tiempo de práctica personal. Sin una práctica personilla vida es una serie de momentos mundanos y, a veces, desorientadores en los que rozamos la superficie de la mente y vivimos en la superficie  de las percepciones. Estamos absortos en la apariencia de las cosas. Parece que los problemas, las cuestiones y las relaciones son reales, sólidas e inmóviles. Parece que todo está atascado. Empezamos a experimentar el mundo de otra manera como resultado de lo que experimentamos en la meditación profunda. No consiste en que la compasión y la sabiduría se manifiesten de forma evidente sino que aparecen sencillamente como la forma más natural de comportarse y de sentir. Igual que el sol nos calienta el rostro en un día frío, se siente natural.

~ Extracto de “La importancia de la práctica personal” de Sákyong Mipham Rimpoché

 ¿Cuándo es el momento de hacer un retiro solitario?

El retiro solitario sigue siendo una de las experiencias más conmovedoras. Hacer un retiro es abandonar la rutina habitual y entrar en un mundo de simplicidad, centrado en la práctica de la meditación y la contemplación inspirada. Aunque se recomiendan los retiros solitarios a quienes verdaderamente buscan la realización, los retiros de práctican resultarán valiosos hasta a quienes estén comenzando la senda. Un programa de práctica como un dathün o sesshin es una forma excelente de prepararse para un retiro. En los programas de retiro en grupo se adquiere experiencia al sentarse durante períodos más largos y se recibe toda la instrucción de meditación posible. Sákyong Mipham Rimpoché subraya que uno debe hacer un retiro cuando las cosas van relativamente bien. No es un momento para pensar el paso siguiente que hay que dar en la vida. Para hacer esto hay que ser capaz de asentarse sin distraerse demasiado con las preocupaciones mundanas. Antes de empezar un retiro conciene reunirse con un maestro, un instructor de meditación u otro practicante avanzado que haga retiros con regularidad, y recibir sus indicaciones. Quien no tenga una rutina periódica de práctica y estudio conviene que la establezca unas semanas antes del retiro. Hay que aprender todos los procedimientos de la práctica para hacerlos con confianza. En esos días se funden las fronteras entre los mundos laico y religioso. La mayoría de la gente hace un retiro no sólo para profundizar en la práctica sino también para nutrirse. Lo habitual es salir del retiro con sensación de estar renovado y llevar esa inspiración a la propia vida y las relaciones.

 ¿Qué es la práctica de la contemplación?

Cuando usamos la capacidad de escuchar, recibimos información a nivel básico pero escuchar de verdad significa entenderlo, captarlo. Más aún, cuando escuchamos verdaderamente, también lo recordamos porque escuchar de verdad nos permite mantener un objeto en la mente y explorar el paso siguiente, la contemplación. Lo bueno es que la práctica de la contemplación es fácil porque sólo necesitamos el poder de los pensamientos. La mente siempre está viva con pensamientos, la mente siempre se mueve con su energía natural. Afortunadamente no corremos peligro de agotar ese recurso natural concreto. Decimos “contemplar” en el sentido de mantener la mente en algo y relajarse. Quien quiera entender algo más profundamente, tienen que centrar la atención en ello pero para penetrarlo hay que relajarse y eso ofrece la posibilidad de calar en el proceso de pensamiento conceptual. Si uno está leyendo las enseñanzas, necesita tiempo para estudiar y pensar sobre lo que ha leído. Puede resultar muy útil elegir una parte que provoque pensamientos, cerrar el libro y reflexionar sobre el significado de esa sola cosa. Cuando mantenermos la mente en un objeto concreto, se profundiza cada vez en la comprensión como si uno fuera un explorador que se zambulle en un entorno nuevo.

~ Extracto de “Usar el poder del pensamiento” de Sákyong Mipham Rimpoché

 ¿Por qué practicar la meditación?

Practicar la meditación es una forma de desenmascararnos, de desenmascarar los engaños de todo tipo y también es una forma de sacar a la luz las sutilezas de la inteligencia que poseemos. La experiencia de la meditación a veces juega el papel de compañero de juegos, otras veces de abogado del diabloe, la depresión fundamental. A veces actúa como estímulo para nacer y otras veces para morir. Sus estados de ánimo pueden ser completamente distintos a distintos niveles y situaciones y emociones, además de ser distintos en la experiencia de cada persona pero, según el Buda,  el Buda Shakyamuni, no hay duda de ninguna clase de que la meditación es la única manera que tenemos para comenzar la senda espiritual. Es la única manera. La manera.

La meditación es una forma de darse cuenta de la verdad fundamental, la verdad básica que podemos descubrir y trabajar con ella. El objetivo es la senda y la senda es el objeetivo. No hay otra manera de lograr la cordura básica más que la práctica de la meditación. Absolutamente ninguna. La demostración es que durante dos mil quinientos años desde tiempos del Buda, a lo largo de todo el linaje de maestros iluminados de una generación a otra, la gente la ganado la liberación gracias a las práctica de la meditación. No es un mito, es la realidad. Realmente existió, existe, funcionó, ocurrió, funciona, ocurre. Pero sin la práctica de meditación no hay manera.

~ Chögyam Trungpa Rimpoché

 ¿Qué significa estar en meditación?

Ahora vamos a hablar de la palabra meditación. Cuando hablamos de practicar la meditación nos referimos a una maner de ser. Desafortunadamente la palabra meditación no es una traducción muy precisa de la plabra sánscrita dhyana o samadhi. Cuando se usa las formas verbales de “meditar” o “meditando” automáticamente se plantea el interrogante “¿sobre qué se medita?” o “¿en qué está uno meditando?”. Es una pregunta corriente que siempre se plantea pero, según la filosofía del Buda, no existe el verbo “meditar” sino sólo el sustantivo “meditación”. No se medita sino que uno está en estado de meditación. Esta distinción puede resultar dura de pelar, tenemos aquí un problema lingüístico, gramatical. Meditar no forma parte del vocabulario budistinta sino meditación.

“Meditación” es un sustantivo que denota que uno ya está en estado de meditación mientras que “meditando” es la idea de una actividad que se produce todo el mundo, que uno medita sobre esto o lo otro, concentrándose en la llama parpadeante de una vela, observando la vara de incienso que se quema, escuchando el propio pulso, el latido del corazón, escuchando la canción interior de la voz del mantra en la cabeza, lo que sea. Pero la meditación es un factor sencillo según el budadharma. Uno no medita sino que sólo está en meditación. Dhyana es un sustantivo en vez de un verbo, se refiere a estar en un estado de dhyana en vez de estar “dhyana-ndo”. En este caso la meditación carece de objeto, de objetivo, de punto de referencia. Consiste sencillamente en personas con voluntad de aceptar una disciplina, no para agradar a Dios ni a Buda ni a su maestro ni a sí mismas. Se trata sólo de sentarse, de mantener ahí durante cierto período de tiempo. Uno se sienta sin objetivo, ni objeto, sin nada en absoluto. Nada. Uno sólo se sienta.

Se podría preguntar: “Entonces ¿qué hace uno cuando se sienta? ¿No debría hacer algo? ¿O es sólo estar ahí pasando el rato?” Bueno hay una diferencia entre sentarse y “pasar el rato”, una expresión que significa algo como “estar en la onda”. Y sentarse es sólo estar ahí como una piedra o una taza de café olvidada en una mesa. Así que la meditación no se considera pasar el rato sino sentarse y estar, sencillamente.

~ Chögyam Trungpa Rimpoché

 ¿Cómo encaja la meditación en la senda budista?

Lo básico es la práctica de sentarse a meditar antes de embarcarse en cualquier disciplina espiritual, especialmente en el budismo. Ya hemos dicho que las enseñanzas de Buda se presentan de forma tripartita. Sólo a nivel de hinayana tenemos shila, samadhi y prajna: disciplina, meditación e intelecto. Y antes de empezar con shila (disciplina) de algún tipo hay que aprender a ralentizar. Ésta es la disciplina básica de cómo estar y la forma básica de aprender a comportarse como un buda es la práctica de la meditación sentada. Después de eso desarrollamos la meditación (samadhi) y el intelecto (prajna). Antes de aprender a deletrear palabras hay que saber el alfabeto. Realmente hay que estar dispuesto a aceptar el aburrimiento de sentarse, dispuesto a relacionarsse con esa cordura concreta que es la cordura incondicional. Esta cordura no tiene nada que ver con luchar contra la locura o intentar exorcizarla, se trata simple, fundamental y básicamente de ser sencillamente lo que somos. Según el Buda eso es lo básico.

~ Chögyam Trungpa Rimpoché

¿Qué significa iluminarse?

Estudiante: Creí que cuando se alcanza la ausencia de ego ya estaba uno iluminado pero, en cambio ¿es sólo un paso para la iluminación?

Trungpa Rimpoché: Bueno, es como quitar una nube. Ahí ya está el sol pero esto consiste en quitar las nubes. Uno ya tiene el sol pero el ego es una capa o cubierta más que otra cosa fundamental, por consiguiente somos básicamente buenos pero lo hemos cubierto. Así que estamos quitando cubiertas, por eso realmente uno puede hacerlo; de lo contrario, si las nubes fueran permanentes no se podría hacer nada con ellas ¿no?

E: Es como tener una mente clara.

TR: Absolutamente, eso es la mente clara.

E: Pero mis padres me dicen que todo el mundo está iluminado pero no lo sabe . . .

TR: Bueno, diríamos que sabemos que existe el sol pero sigue estando muy nublado. Es la única razón por la que la iluminación es permanente: no está fabricada, está ahí todo el tiempo. Y todo lo demás, como el ego y la pasión, la agresión y la ignorancia, es transitorio. Viene y se va, así que podemos lidiar con ello. Y también vuelve: a veces cuando uno lo quita, vuelve. Así que hay que seguir quitando y aclarando.

~ Extracto de “Cómo meditar: charla para gente joven” de Chögyam Trungpa Rimpoché.